Cuando se bajó del colectivo pensó que la plaza no volvería nunca a cambiar de color.
El amarillo se había encargado de abrillantar todo con una humedad que dejaba ciegas a las luciérnagas.
viernes, 21 de septiembre de 2007
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1 comentario:
los bichitos siempre ven lo que nosotros no.
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