domingo, 29 de octubre de 2006

Recupero la escalera, me subo, las piedras están ahí, espero que no me rompan los vidrios ni los cactus, se derriten, no sé si llegan al verano, la casa de carlos paz es calurosa pero a la noche se pone fresquito, llevate abrigo, corré que duelen las piedras cuando vienen del este, está con vos, no, con vos, tampoco, donde estará, entre los vestidos, buscalo, la piedra de nuevo, tus dedos de mimbre, tu voz arenada, la silla de la cocina de nuevo está floja, tus soles, me duermo con las películas, desde agosto que no escucho a maría jimenez, y las piedras amenazan, golpean, pero los cactus siguen ahí, aunque sus flores, que salen una vez al año, se hayan desintegrado.

2 comentarios:

Teodoradorna dijo...

no importa si la flor nos visita una sola vez en 365 días eternos, ese día, ese solito día, esas misteriosas 24 horas. lo salvan todo.

salga a la calle conmigo dijo...

si si, muchacha, a veces ese sólo instante te salva del naufragio